El veterano operador Peter Brandt ha señalado que Bitcoin está formando un patrón conocido como “tres ratones ciegos”, lo que algunos interpretan como una señal de que el activo podría experimentar una caída en los próximos días.
En una publicación del 2 de octubre en la plataforma X, Brandt comentó a sus 740.000 seguidores que Bitcoin está mostrando el “infame patrón de los Tres Ratones Ciegos y un Trozo de Queso” en sus movimientos de mercado.
Según el análisis técnico proporcionado por la plataforma de trading Morpher, este patrón es comúnmente visto como una figura de “continuación”. Esto implica que la dirección que toman estos “tres ratones ciegos” es la que probablemente seguirá el precio de Bitcoin en el futuro.
La última vez que Brandt mencionó este patrón fue el 17 de diciembre de 2022, cuando Bitcoin se cotizaba alrededor de los 17.000 dólares. En ese entonces, la criptomoneda entró en una fase de declive prolongado durante varias semanas antes de registrar una subida brusca en enero de 2023.
En otra publicación del mismo día, Brandt advirtió a los operadores que el reciente repunte de Bitcoin no logró “alterar la secuencia de siete meses de máximos y mínimos más bajos”, lo que indicaba que la criptomoneda todavía se encontraba en una tendencia bajista continua.
“Solo un cierre por encima de los 71.000 dólares, confirmado por un nuevo máximo histórico, indicará que la tendencia desde el mínimo de noviembre de 2022 sigue vigente”, escribió Brandt.
Algunos traders han especulado que el patrón de “tres ratones ciegos” mencionado por Brandt podría ser una interpretación humorística del patrón de “tres cuervos negros”, utilizado tradicionalmente para señalar la reversión de una tendencia alcista.
El nombre del patrón podría derivar de la conocida rima infantil que repite los versos “tres ratones ciegos” y “mira cómo corren”.
En los últimos tres días, el precio de Bitcoin ha caído un 7,1%, con una fuerte caída en 72 horas que borró casi 12 días de ganancias acumuladas.
El descenso en el precio de Bitcoin se ha visto acelerado por el aumento de tensiones geopolíticas en Oriente Medio, sumado a crecientes preocupaciones sobre la fortaleza de la economía estadounidense y la incertidumbre en torno a las próximas elecciones en Estados Unidos