Los mercados, y en especial el de las criptomonedas, tienen una forma de enseñar lecciones recurrentes hasta que los inversores las asimilan. El ‘flash crash’ del pasado 10 de octubre fue una prueba sorpresa con consecuencias reales, pero la volatilidad reciente, impulsada por la Reserva Federal, también ofrece pistas clave sobre el estado actual del mercado.

El ‘Flash Crash’ del 10 de octubre
Quizás la lección más sorprendente del ‘flash crash’ es que, durante unos momentos angustiosos, la situación fue realmente crítica. No se trató de una corrección ordinaria. Se produjeron al menos 19.000 millones de dólares en liquidaciones forzosas de posiciones apalancadas en todo el mercado, un récord en un solo día. Este evento fue provocado por el anuncio de EE.UU. sobre aranceles del 100% a ciertas importaciones vinculadas a China, una medida que posteriormente fue retirada.

La resiliencia de la infraestructura central
En el fragor de la caída y en los días posteriores, muchos inversores asumieron que pronto llegaría una avalancha de malas noticias: fondos colapsados, plataformas de intercambio (exchanges) insolventes, o investigaciones a fundadores.

Sin embargo, el panorama ha sido menos dramático. La infraestructura central del sector cripto resistió, a pesar de que algunas piezas periféricas tuvieron serios problemas. Ningún operador principal fracasó de forma que tuviera que cerrar su negocio inmediatamente. Aunque ha habido informes de inversores que abandonan el sector, la ausencia de un daño estructural inmediato sugiere que el mercado opera de forma muy similar a antes del 10 de octubre. La lección es la resiliencia autocorrectiva del mercado.

La institucionalización, un arma de doble filo
Un último patrón destacó durante el ‘flash crash’: las principales criptomonedas resistieron mucho mejor que el resto del mercado. Específicamente, fue el grupo con mayor adopción por parte de instituciones financieras. Excluyendo Bitcoin, Ethereum y las ‘stablecoins’, el resto del mercado de ‘altcoins’ cayó aproximadamente un 33% en solo 25 minutos.

La diferencia radica en que los activos más grandes se benefician de puntos de acceso más profundos y regulados, así como de fondos de capital más estables, como los fondos cotizados (ETF). Esto ayuda enormemente en tiempos de estrés y actúa como lastre para una cartera de criptoactivos, relegando los tokens más pequeños a un papel satélite.

La reciente sacudida tras la reunión de la Fed
Más recientemente, el mercado experimentó otra prueba. El precio de Bitcoin cayó durante cuatro días consecutivos, mostrando una preocupante sensibilidad a los catalizadores negativos. Este movimiento se intensificó tras la reciente reunión de la Reserva Federal (Fed), que generó dudas sobre si el actual ciclo alcista está concluyendo.

CryptoOnchain, analista de la plataforma de datos CryptoQuant, caracterizó la caída como un evento de libro de “vender con la noticia” (‘sell the news’). La Reserva Federal insinuó que podría no implementar un recorte de tipos de interés en la reunión de diciembre, sirviendo como catalizador principal para que los operadores a corto plazo liquidaran posiciones.

Los datos ‘on-chain’ descartan el pánico
Los datos ‘on-chain’ de Binance ofrecen una pista definitiva. En medio del pico de volatilidad del 30 de octubre, se registró un gran flujo de entrada de más de 10.000 BTC a la plataforma. De forma crucial, 10.009 BTC provenían de direcciones que habían mantenido las monedas durante menos de 24 horas.

“Esta es la firma del ‘dinero caliente’: operadores a corto plazo y especuladores reaccionando instantáneamente a las noticias”, señaló CryptoOnchain. “En marcado contraste, la entrada de tenedores a largo plazo (monedas con más de 6 meses) fue insignificante”. El analista concluyó que fue una “sacudida de libro de ‘manos débiles'”, no una pérdida de convicción de los jugadores a largo plazo.

Las pérdidas no realizadas siguen siendo mínimas
Haciendo eco de este sentimiento, ‘CryptoVizArt.₿’, investigador senior de Glassnode, destacó la escala menor del daño general del mercado. “A pesar del sentimiento bajista, las pérdidas no realizadas… equivalen solo al 1,3% de la capitalización de mercado de Bitcoin”, señaló.

Normalmente, el inicio de un “criptoinvierno” está precedido por un aumento significativo de las pérdidas no realizadas. Por ejemplo, el mercado bajista de 2022 solo se intensificó después de que esta métrica alcanzara aproximadamente el 20% de la capitalización total. El investigador concluyó: “En mercados bajistas leves, esto suele superar el 5%, y en los severos, más del 50%”.

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