El mercado de criptomonedas inició la semana con optimismo moderado, marcado por el avance de Bitcoin que logró superar los 87.000 dólares este lunes. Junto con la principal criptomoneda, otros activos digitales destacados, como Solana (SOL), XRP (Ripple) y Dogecoin (DOGE), experimentaron alzas superiores al 4 %, reflejando la expectativa de los inversores ante los próximos datos económicos de Estados Unidos.
A pesar de este repunte inicial, la prudencia continúa dominando el ánimo inversor debido a la incertidumbre económica y geopolítica. El mercado se mantiene atento a los informes sobre la confianza del consumidor estadounidense, el gasto personal y el índice de gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés), todos ellos previstos para esta semana y considerados decisivos para determinar la dirección futura del mercado cripto.
Durante el fin de semana, Bitcoin se había mantenido en torno a los 85.000 dólares, limitado por preocupaciones respecto a la inflación y la situación económica general de EE.UU. Entre las principales criptomonedas, Solana destacó con un aumento del 5 % en las últimas 24 horas, mientras que Tron (TRX) presentó la mayor caída, con un descenso del 4 %, corrigiendo así parte de las ganancias generadas la semana anterior tras la subida impulsada por memecoins.
La tensión provocada por la percepción del riesgo, aunque aún presente, se ha aliviado ligeramente después de conocerse que las tarifas comerciales que EE.UU. implementará a partir del próximo 2 de abril podrían ser menos severas de lo inicialmente anticipado. Esta noticia aportó cierta calma a los inversores, permitiendo una leve recuperación en los mercados de criptomonedas.
“Los inversores siguen siendo cautos ante la incertidumbre sobre los próximos movimientos del mercado”, comentó Nick Ruck, director de LVRG Research. Añadió además que “los informes económicos estadounidenses previstos para esta semana sobre confianza del consumidor, gasto personal y PCE podrían revelar si los consumidores norteamericanos están preparados para adaptarse a estos cambios económicos o si, por el contrario, están comenzando a reducir gastos y ajustar sus presupuestos”.
La confianza del consumidor es una medida fundamental que indica cómo perciben los estadounidenses el estado de la economía. Un alto nivel de confianza suele traducirse en un mayor gasto, mientras que una confianza baja podría impulsar más ahorro y cautela en las inversiones. Por otra parte, el gasto personal es un indicador crucial del crecimiento económico, ya que refleja directamente el consumo interno.
Por último, el índice PCE es uno de los principales indicadores de la inflación y mide las variaciones en los precios de bienes y servicios consumidos por las familias. Resultados elevados podrían indicar una presión inflacionista significativa, llevando a algunos inversores a refugiarse en criptomonedas como una protección frente a la posible depreciación del dólar.